Hay que decir que se trata de una ruta muy tranquila, sin apenas desnivel e ideal para hacer con los más pequeños. Su frondoso arbolado -muy bien indicado en algunos letreros-, la presencia de algunas fuentes y la cercana presencia de la riera de Olzinelles pueden ayudar a apaciguar los rigores estivales. Esta última cuenta con pequeñas presas y antiguos puentes de piedra que amenizan el camino.
Como puntos de interés, destaca la presencia de una antigua nevera o pozo de hielo, así como el conjunto dela ermita de Sant Esteve d'Olzinelles (documentada en el s. XI, pero cuya planta actual data del XVI) y su pequeño cementerio. También destaca la presencia de la finca de Can Valls y sus cercanas dependencias, como la balsa del Aranyal.
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