El pasado día 27 de marzo realizamos la salida por la zona volcánica de Olot. Tras el pertinente madrugón y la salida desde Sabadell, una hora y media de viaje nos llevó hasta el área de Can Serra, en las afueras de la capital de la Garrotxa.
Desde allí empezamos nuestra marcha adentrándonos por la Fageda d'en Jordà hasta ver las primeras explotaciones agropecuarias de "La fageda", una empresa de productos lácteos cuyos empleados son en mayor parte disminuidos psíquicos. Enseguida entramos en la planta de producción, donde hicimos una pequeña parada para probar sus yogures (de cucharilla y bebibles).
Tras coger fuerzas, de nuevo al camino y nos dirigimos hacia Sant Miquel de Sacot. Primeras subidas de consideración hasta llegar a la ermita del mismo nombre. Mucho verde y algún rebaño de cabras que sirvió de fondo para algunas fotos a los más peques. De allí un ligero descenso para volver a subir hasta las inmediaciones del volcán de Santa Margarita.
Su pequeño cráter, cubierto de verde y con una pintoresca ermita, fue el lugar escogido para comer, para que los más pequeños se divirtiesen trotando por él... ¡y para que incluso algún remolón echase alguna cabezadita! La parada, de algo más de dos horas, nos hizo volver con ganas al camino. Tras un pequeño ascenso hasta la parte superior del cráter, iniciamos un continuo descenso que nos llevaría hasta el aparcamiento cercano al volcán. Lo dejamos atrás y nos fuimos en busca del segundo de la jornada, el Croscat.
Cruzamos la carretera de Santa Pau y pasamos al lado de algunas casas (y restaurantes), y el camino nos condujo hasta el imponente Croscat. Lo rodeamos mientas contemplábamos sus combinaciones de colores, rojizas y negruzcas (propias de una novela de Stendhal). De allí en un paso nos vimos nuevamente en la Fageda d'en Jordà. Un tranquilo ritmo de marcha nos llevó a pasar junto a casas y alguna pequeña cuadra, y poco después llegamos de nuevo a la zona de Can Serra, punto de partida de nuestra excursión.
En fin, una salida espectacular y llena de alicientes. Presenta alguna pequeña dificultad cerca de Sant Miquel, pero en general vale mucho la pena. En las fotos que aparecen a continuación lo podréis ver sin problemas.
La próxima: ¡Collserola desde Cerdanyola!
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